La gestión de riesgos es un proceso de personas

Cuando hablamos de identificar riesgos, no hablamos de adivinar el futuro. Hablamos de investigar en las mentes del equipo. De facilitar espacios donde los técnicos, los líderes, los operativos y los stakeholders reconozcan lo que saben… y que a veces ni sabían que sabían.

En el enfoque del PMI-RMP, la identificación es activa, iterativa y colaborativa. Es el momento donde conectamos el conocimiento tácito con el conocimiento explícito. Donde la conversación se convierte en estrategia, y la escucha en prevención.

Ahí es donde se construye una capacidad colectiva de anticipación, uno de los principios más poderosos en la gestión moderna de riesgos.

El Bow-Tie: una técnica de identificación para liberar la creatividad

Una de las herramientas más completas que aplicamos en este proceso es la técnica del Bow-Tie (o “corbatín”). Esta herramienta permite visualizar todo el ciclo de vida de un riesgo y convertirlo en una conversación estructurada:

  • ¿Qué lo puede causar?
  • ¿Qué evento estamos tratando de evitar?
  • ¿Qué consecuencias podría tener si ocurre?
  • ¿Qué barreras tenemos hoy para prevenirlo?
  • ¿Qué controles hemos planeado para mitigar su impacto?

La técnica se organiza en tres partes principales:

1. Causas:Identificación de los factores que podrían desencadenar el evento de riesgo. Estas causas pueden ser múltiples y deben ser evaluadas cuidadosamente.

2. Evento central:El evento que se busca evitar, como un accidente, un fallo en el sistema, o cualquier otro riesgo relevante. Este evento es el punto de enfoque en el corbatín.

3. Consecuencias:Las posibles repercusiones si el evento ocurre. Las consecuencias pueden variar en gravedad, desde daños menores hasta eventos catastróficos.

Entre las causas y el evento central se sitúan las barreras preventivas, que son las medidas diseñadas para evitar que el evento ocurra. Entre el evento central y las consecuencias se encuentran las barreras de mitigación, que buscan reducir el impacto si el evento ya ha tenido lugar.

Miremos un ejemplo aplicado a proyectos que emplean metodologías ágiles:

Riesgo: Fallo en la entrega de una funcionalidad clave en un sprint de un proyecto ágil.

Causas:

– Requisitos no claros o incompletos.

– Falta de coordinación entre el equipo de desarrollo y el product owner.


Evento central:
Fallo en la entrega de la funcionalidad clave al final del sprint.

Consecuencias:

– Retrasos en el ciclo de desarrollo.

– Incremento en la carga de trabajo para futuros sprints.


Barreras preventivas:

– Definición clara y detallada de los requisitos en las reuniones de backlog.

– Sesiones frecuentes de refinamiento y clarificación con el product owner.


Barreras mitigadoras:

– Capacidad de replanificación rápida del sprint (reajustar el backlog).

– Sesiones adicionales de revisión y retrospectiva para identificar problemas y corregir el curso.


En Grupo Souza Colombia, creemos que la gestión de riesgos no se aprende de memoria, se vive.Por eso, en nuestro #ProyectoDeCertificación PMI-RMP, transformamos cada concepto en una práctica viva, en un espacio donde el pensamiento crítico, la creatividad y la estrategia se entrenan de verdad.

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